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Pobre prima de la ropa, la camiseta de fútbol nunca ha sido bien visto por la moda, los amantes de la moda y las grandes marcas. A diferencia de otros deportes muy bien aceptados en el medio, como el golf, el tenis y la hípica, de vez en cuando entraba por la puerta de atrás en busca de miradas.
Pues bien, el fútbol, un deporte tan popular y que genera muchos dividendos, siempre ha sido visto con recelo por la moda.
En la periferia, el artículo ya estaba bien referenciado, ¿no? Con el conjunto Nike en el pie, Lacoste en el cuerpo y la lupa Oakley, la camiseta de fútbol llegó de regalo junto con el combo de moda periférico. Esto en Brasil es claro.
Pero como hace tiempo que no dictamos mucho en la moda, no seríamos nosotros quienes paguemos por el resto del mundo. ¿Y quién crees que lo haría muy bien?
Por supuesto los mimados del momento. Mucho Demma Gvalia cuánto Gosha Rubchinskiy fueron pioneros en poner de moda el fútbol. Niños de Europa del Este que saben satirizar y burlarse de tendencias no aceptadas por el lujo de la moda como nadie. Dios mío llevó las camisetas a las pasarelas en 2018 y Demmaen Balenciaga, en 2020.
Ahora, en 2022, la estética se está poniendo de moda en todo el mundo. Son innumerables las marcas y clubes que se están casando. El artículo ha traspasado la esfera del fanático y ya está llegando a los de fuera, incluidas las mujeres. Y hoy lo contrario también se ha hecho realidad.
El fútbol intenta cada vez más acercarse a la moda con piezas cada vez más bonitas, con materiales interesantes y que se puedan utilizar fuera de los partidos. La táctica del juego es llegar a más y más personas y generar más ingresos.
O París San Germán (PSG) es el primer club en abrir un flashgip, lo que indica ser un club y una marca de ropa al mismo tiempo.
¿Y qué harán ahora los que trabajan en moda y siempre han puesto la camiseta de fútbol como elemento a excluir? ¿Se lo tragarán por la garganta?
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