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La transformación digital es un término que escuchamos mucho en el mundo moderno de los negocios. Las empresas son cada vez más conscientes de los impactos de la digitalización y, preocupadas por salirse del circuito, comienzan a implementar sus propias versiones de transformación digital. Sin embargo, parece que una gran cantidad de estos negocios tienden a fallar y consideran que todo es una gran pérdida de tiempo y dinero. La mejor manera de averiguar qué sucedió sería buscar consultoría de transformación digital; sin embargo, si esa no es una posibilidad, aquí hay 5 razones comunes para las estrategias de transformación digital fallidas.
Falta de planificación
Implementar una transformación digital es un proyecto masivo que requiere mucho tiempo, paciencia y planificación. Muchas empresas tienden a cometer el error de apresurarse y tratar de terminar lo antes posible; después de todo, ‘el tiempo es dinero en los negocios… En este caso, sin embargo, no es prudente ni útil hacerlo.
Por el contrario, la etapa de planificación de este proyecto debe estar tan bien pensada como sea posible: debe dividir el proyecto en partes más pequeñas y manejables, asignar plazos y plazos realistas para cada tarea, y tener metas y objetivos SMART. . Debe ser una hoja de ruta detallada con espacio para contratiempos, así como una planificación de contingencia, todo lo cual conduce a un resultado exitoso.
Malinterpretar los beneficios de la misma
Las empresas que optan por implementar estrategias de transformación digital únicamente porque temen perder su participación de mercado suelen ser las que cometen este error en particular. La digitalización de un negocio tiene muchas ventajas y es importante que tenga muy claro por qué exactamente eligió hacerlo y cómo se beneficia su negocio a largo plazo.
La transformación digital tiene que ver con los aspectos innovadores de una empresa: les permite mantenerse relevantes, ser ágiles y resistentes al cambio, aumentar la productividad y la eficiencia generales con procesos automatizados, dejar espacio para la escalabilidad futura y muchos otros beneficios. Si una empresa no comprende los razonamientos detrás de su propia transformación y, lo que es peor, espera resultados inmediatos, es más probable que el proceso se considere un fracaso.
Empleados no capacitados
Este punto es increíblemente simple y obvio, pero toma a muchas empresas con la guardia baja. Si el equipo dentro de una empresa no está preparado con anticipación para los cambios que traerá una transformación digital, todo el proceso se vuelve inútil. No se trata solo de su equipo de TI: todo el equipo, en todos los niveles de la empresa, debe estar de acuerdo con los cambios y listo para aceptarlos. También debe haber un plan de capacitación integral, asegurando que todos entiendan el punto de los cambios y aprendan a trabajar en los nuevos ecosistemas digitales.
Olvidando a los clientes
Uno de los beneficios más importantes de la transformación digital es el impacto que tendrá en su base de clientes nuevos y existentes. No se ha demostrado previamente que la digitalización ayude a las empresas a mejorar los niveles de compromiso y lealtad de sus clientes, pero también crea el entorno perfecto para crear nuevo valor para los consumidores.
La empresa cuenta con todas las herramientas necesarias para comenzar a innovar en nuevos modelos comerciales y diversificar sus fuentes de ingresos, al mismo tiempo que satisface las necesidades de sus clientes existentes. De lo contrario, esencialmente también conduciría a una transformación fallida, ya que la empresa no está aprovechando al máximo la inversión que ha realizado.
Sin pensar en el futuro
Como se mencionó anteriormente, la transformación digital ayuda a las empresas a mantenerse relevantes y ágiles, así como a aumentar su resiliencia al cambio y otros factores potencialmente dañinos. Al implementar una estrategia de digitalización, las consideraciones futuras deben estar en el centro de todo el proyecto: la empresa ya debe tener un plan integral de 5 años, entendiendo bien lo que cambiará dentro del negocio, ya sea intencionalmente o forzado por factores externos. La estrategia de digitalización elegida también debe estar preparada para el futuro, con mucho espacio para la escalabilidad y la innovación a largo plazo.
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